Sin caer en fatalismos, ni pretender ser pesimista, cada día que pasa me convenzo más de que estamos en plena fase de recesión en la economía española. El impacto de la crisis hipotecaria norteamericana que ha repercutido en cascada en todo el mundo, y que ha provocado un aumento de las tasas de riesgo, y el consiguiente frenazo del crédito, que ha desencadenado la crisis casi eternamente esperada del sector inmobiliario español, con caídas de precios reales y tangibles, fuerte estancamiento de la demanda, y consiguiente frenazo en la construcción residencial, unido a la crisis de algunos sectores industriales, como el de la automoción, unido al aumento de los precios de las materias primas, que impacta en las ya deterioradas economías familiares, nos aboca a un panorama muy poco esperanzador en los próximos meses.
Recesión, depresión, crisis
Recesión, depresión, crisis
Recesión, depresión, crisis
Sin caer en fatalismos, ni pretender ser pesimista, cada día que pasa me convenzo más de que estamos en plena fase de recesión en la economía española. El impacto de la crisis hipotecaria norteamericana que ha repercutido en cascada en todo el mundo, y que ha provocado un aumento de las tasas de riesgo, y el consiguiente frenazo del crédito, que ha desencadenado la crisis casi eternamente esperada del sector inmobiliario español, con caídas de precios reales y tangibles, fuerte estancamiento de la demanda, y consiguiente frenazo en la construcción residencial, unido a la crisis de algunos sectores industriales, como el de la automoción, unido al aumento de los precios de las materias primas, que impacta en las ya deterioradas economías familiares, nos aboca a un panorama muy poco esperanzador en los próximos meses.