Reflexiones sobre el entorno económico y de las bolsas
Hace tiempo que en este le dedico más artículos a la situación económica que la gestión empresarial, pero es que esta última queda relegada cuando el problema principal al que nos enfrentamos los empresarios y directivos es tener que lidiar con un panorama económico local y global pesimista e incierto. La demanda está debilitada cuando no hundida, y el pulso económico no tiene visos de recuperarse. Y para los inversores que queremos rentabilizar nuestros ahorros nos es cada vez más difícil encontrar activos rentables, o que al menos compensen rentabilidad y riesgo.
El temor a que se produjera un "double dip" (una evolución en W) de la economía mundial se está evidenciando como una realidad, y ya tenemos a Europa en recesión, y los índices de crecimiento del PIB de Estados Unidos y los países emergentes también se han debilitado. EEUU tiene ante si las elecciones y la decisión sobre el tratamiento del déficit pesa como una Espada de Damocles. Europa no avanza en la solución de su crisis, o lo hace al ritmo de un cangrejo cojo. La única salida a la crisis de los países occidentales es consumir o exportar. Por ahora la mayoría ha conseguido escabullirse gracias a lo uno (EEUU) o a lo otro (Alemania), pero ahora se hace difícil mantenerlos, porque las tasas de paro no descienden, y los crecimientos mundiales se reducen.
Estamos pues ante un panorama incierto, porque a la vez que por un lado se habla de que ha de producirse una reactivación o relanzamiento de las economías, también se avisa del riesgo de caer en el abismo de la recesión mundial (el FMI dixit). Y muchos países atrapados en un exceso de déficit y una falta de crecimiento, lo que los pone en peligro de caer en un círculo vicioso sin salida.
Así pues, los empresarios o los inversores no sabemos a qué atenernos.
En España todo se apuesta a que se pida y llegue cuanto antes el famoso "rescate". Que seguramente producirá, a corto plazo, una euforia en los mercados, pero a medio/largo plazo pondrá el listón más alto y se verá como el último cartucho. Nos pondrá prueba como país. Y no estamos para muchas pruebas, la verdad.
¿Invertir en la bolsa española? En general no, pero eso no quita que si se es valiente y se seleccionan bien los valores, la apuesta pueda dar frutos a largo plazo. Cuando salgamos de ésta, aunque sea dentro de mucho tiempo...
A nivel global, mi consejo para los inversores es: renta fija corporativa, emergentes y materias primas. Es decir, apostar por el menor riesgo, los nuevos dueños del mundo y por la escasez de recursos. Da un poco de pena, pero es lo que hay.