La llegada de Internet y el uso generalizado de la banda ancha ha obligado a reinventarse el marketing. Hasta ahora se trataba de pensar un mensaje y hacerlo llegar al cliente potencial para convencerlo, a base de un bombardeo continuo de mensajes, de que nuestro producto era el mejor para él. Una vez llegaba al punto de venta, el vendedor se encargaba de informarlo para que acabara de tomar una decisión, y habíamos de procurar que el vendedor estuviera de nuestra parte, y le presentara la información como nos convenía. El comprador estaba en nuestras manos.
Reinventando el marketing
Reinventando el marketing
Reinventando el marketing
La llegada de Internet y el uso generalizado de la banda ancha ha obligado a reinventarse el marketing. Hasta ahora se trataba de pensar un mensaje y hacerlo llegar al cliente potencial para convencerlo, a base de un bombardeo continuo de mensajes, de que nuestro producto era el mejor para él. Una vez llegaba al punto de venta, el vendedor se encargaba de informarlo para que acabara de tomar una decisión, y habíamos de procurar que el vendedor estuviera de nuestra parte, y le presentara la información como nos convenía. El comprador estaba en nuestras manos.