Rentabilidad de las Bolsas en 2006
Tengo ante mi un informe de UBS (Unión de Bancos Suizos) de Enero 2006, que preveíarentabilidades modestas en la mayoría de mercados, tanto de renta fija como de renta variable (Bolsas) en todo el mundo, para el año 2006. El informe no es una excepción, porque las principales firmas especializadas en gestión de patrimonios piensan lo mismo: 2006 no será un año extraordinario, sino a lo sumo un año normalito.
Sin embargo, hemos empezado el año con un considerable empuje de las ganancias. Algunos mercados han superado los beneficios esperados para todo el año. Entonces es lógico preguntarse: ¿si el año no debía ser magnífico, y sin embargo hasta ahora lo ha sido (mediados de febrero), qué va a pasar en lo que queda de año?
Yo me inclino a pensar ante todo que 2006 sí que va a ser un buen año bursátil. Porque sigue existiendo una gran liquidez en todo el mundo, los tipos de interés, con estar aumentando, siguen siendo globalmente bajos, y las empresas están más que saneadas. La consecuencia es una gran demanda de acciones, espoleada por el apetito añadido de una nueva ola de fusiones y adquisiciones. Un tsunami podríamos decir.
¿Por qué un tsunami? Pues porque a la liquidez ya existente se va a añadir en tromba la liquidez procedente del frenazo que se va a producir (ya se está produciendo) en el mercado inmobiliario, provocando un desplazamiento evidente de dinero inmobiliario hacia la Bolsa, y más atraídos por las fuertes ganancias que se van produciendo en el mercado de acciones, con las OPAS y anuncios de OPAS que llegan a los diarios cada semana. El dinero inmobiliario es un dinero especulativo, no debemos olvidarlo. Y ahora la promesa de ganancias amplias y fáciles está en las Bolsas, más que en el ladrillo.
Creo que ese fenómeno va a darse al menos en los 2 ó 3 próximos años. Por tanto auguro un buen 2006.
Sólo hay un pero: el impacto que pueda tener la inestabilidad geopolítica, provocando algún hecho que afecte al equilibrio del modelo social o económico a nivel mundial. La probabilidad mayor o menor de que ocurra alguno de esos hechos mantiene a los mercados algo retenidos, evitando lo que, de otro modo podría ser una subida exultante. Es decir, la incertidumbre no es totalmente mala, porque evita subidas que podrían llegar a ser irracionales, sobre todo con la llegada a los parqués del dinero del ladrillo.
En cualquier caso, hay que estar atentos a la evolución de los elementos amenazantes: la salida de Iraq, la amenaza de bomba atómica en Irán, la actitud de los gobiernos populares en Latinoamérica, la gripe aviar en Europa, el terrorismo islámico, el conflicto judío-palestino, etc.
Y todo ello sin olvidar que la peor amenaza, y a la que realmente debemos tener miedo, no es a la amenaza conocida, sino a la amenaza desconocida; es decir, a algo que no está en esa lista, y que ahora quizás no se nos ocurre que pueda pasar, porque el impacto súbito de esos fenómenos desconocidos es lo que más mal hace a los mercados financieros. Lo demás se digiere relativamente bien; incluso hasta es bueno para que no haya empachos
Si no aparece ningún problema nuevo, 2006 puede ser un año espléndido. Otra cosa será 2007.