¿Se van a hundir las bolsas?
Estos días me han llegado mensajes de dos amigos que plantean un posible hundimiento de las bolsas. Parece que es una opinión que se va generalizando. Y en materia bursátil la generalización de un estado de opinión respecto a la tendencia que va a tener la bolsa es una profecía que se autoabastece. Es decir, si más y más inversores empiezan a pensar que la bolsa va a hundirse y en consecuencia empiezan a vender sus acciones, éstas acabarán hundiéndose, dándoles la razón a los que han vendido. La cuestión es ¿se han hundido porque las circunstancias económicas lo justificaban, o se han hundido porque el miedo a la bajada de las bolsas ha hecho que los inversores se pongan a vender?
Es un fenómeno conocido y desgraciadamente frecuente en los mercados bursátiles, y al inversor prudente le quedan dos opciones de difíciles elección:
- no dejarse llevar por esas opiniones y centrarse en la realidad de la economía y las empresas, o
- dejarse llevar por el rumor y salir de la bolsa.
Está claro que, como siempre, ambas son apuestas arriesgadas. La primera porque si las bolsas se hunden, pueden perder mucho dinero, y la segunda porque si no se hunden, se deja de ganar un buen dinero. No obstante, parece obvio que puestos a elegir, la mayoría de inversores preferirán optar por la segunda, porque todo el mundo prefiere dejar de ganar que perder. Aunque las cifras sean las mismas, dejar de ganar siempre duele menos que perder.
Y así parece que estamos ahora. ¿Qué hacer? Compartiré mis reflexiones de estos días con mis lectores.