Me permito parafrasear el famoso "¡Es la economía, idiota!" mencionado por un candidato a las elecciones presidenciales norteamericanas (no me acuerdo quien), convirtiéndolo en ¡Son los servicios, idiota!", aunque sin ánimo de ofender a nadie. Lo que pretendo decir, de forma tan heterodoxa, es que los servicios son tan importantes como la industria en la economía del siglo que vivimos. De hecho, el crecimiento en la importancia porcentual del impacto de los servicios en el PIB es una constante en todos los países desarrollados, e incluso, a medio plazo, en los emergentes.
¡Son los servicios, idiota!
¡Son los servicios, idiota!
¡Son los servicios, idiota!
Me permito parafrasear el famoso "¡Es la economía, idiota!" mencionado por un candidato a las elecciones presidenciales norteamericanas (no me acuerdo quien), convirtiéndolo en ¡Son los servicios, idiota!", aunque sin ánimo de ofender a nadie. Lo que pretendo decir, de forma tan heterodoxa, es que los servicios son tan importantes como la industria en la economía del siglo que vivimos. De hecho, el crecimiento en la importancia porcentual del impacto de los servicios en el PIB es una constante en todos los países desarrollados, e incluso, a medio plazo, en los emergentes.