Soy muy pesimista con la bolsa
No es un pesimismo digamos coyuntural, de corto plazo, sino estructural. Creo que las bolsas están al inicio de un ciclo especialmente negativo que al menos durará unos 4 años. Lo veo así de negro. La razón principal para que piense así es que veo a la humanidad en un punto de inflexión a nivel social y en consecuencia también económico. Se están experimentando tal cantidad de cambios que estamos en los albores de un mundo completamente nuevo, en lo político, en lo social y en lo económico. Como consecuencia, creo que las empresas cotizadas, en general (siempre habrá honrosas excepciones), están sometidas a ese cambio, y no siempre serán capaces de sobrevivir al mismo. es más, me cuestiono si esas empresas cotizadas, que son por definición grandes empresas, muchas de ellas verdaderos mastodontes, pueden ser capaces de adaptarse a los nuevos tiempos. La mayoría no lo son. Para reafirmarme en la idea me he detenido en repasar algunas de las empresas del IBEX35, y en destacar los retos que las enfrentan al cambio que se impone en la sociedad del siglo XXI. Como verán mis lectores, no es un cambio caprichoso, que sea fácil de adoptar por las empresas actuales, sino un cambio impuesto por la propia evolución de la población mundial y la sostenibilidad del planeta. Empecemos, por orden alfabético: Las energéticas: Acciona, Endesa, Iberdrola La primera compañía es un caso de empresa que fue capaz de vislumbrar con antelación el surgimiento de las energías alternativas y ha pasado de ser una compañía constructora a una de energía. En ese sentido está en línea con el cambio. Pero nadie se puede dormir en los laureles. La amenaza para las empresas de generación de energía eléctrica es el autoconsumo y, en general, el movimiento MENOS CONSUMO. Cuando las tecnologías, los costes y la regulación permitan que los consumidores se produzcan su propia energía eléctrica sostenible, las eléctricas tendrán una caída de demanda considerable. Y no estamos tan lejos de que eso pase. Sobre todo en los grandes consumidores de electricidad. A cambio, en positivo, les llega el coche eléctrico y el surgimiento de la electrolineras, lo que implicará un impulso al consumo eléctrico. En definitiva, las eléctricas lo tienen relativamente bien, pero no pueden dormirse en los laureles. ¡Ah! Y me olvidaba de un riesgo latente que las afecta: la regulación. La incertidumbre en cuanto a la política global, y la explosión de populismo por doquier, no son un buen augurio para estas empresas tan pendientes de los gobiernos. Aena, Amadeus, Ferrovial, IAG, Meliá Creo que en los próximos años veremos una reducción de la movilidad aeronáutica. El movimiento MENOS AVIONES, MENOS TURISMO, que trata de convencer a la población mundial que no tiene sentido abusar del avión, que es uno de los medios de transporte que más contaminan, se extenderá por todo el mundo. Ya se habla de ello en Noruega o Alemania, donde hay quien propugna que no deben tomarse más de 3 vuelos intercontinentales al año, y nunca volar por menos de 1000 kilómetros. Ello conllevará un impacto muy fuerte para lineas aereas, sistemas de reservas, aeropuertos y cadenas hoteleras. O se avanza en ese sentido o nos cargamos el planeta. ¡Y entonces sí que se acabó el negocio! Obviamente, habrá quien sepa posicionarsse en ese nuevo mundo; pero habrá quien no. En cualquier caso sobrarán aviones, aeropuertos y hoteles. Los 6 bancos del IBEX Es evidente que, aparte del problema esperemos que coyuntural de unos tipos de interés muy bajo que no les deja margen de negocio de intermediación, la banca está sometida al impacto estructural de tres factores: digitalización, virtualización y desintermediación. Esos factores están literalmente desintegrando el negocio bancario como se conocía hasta ahora, y está obligando a la banca a desmembrarse en varios negocios, que compiten con players diferentes: asesores financieros, asesores robotizados, gestores patrimoniales, plataformas de pagos, plataformas de crédito, monedas virtuales, etc... Un sector que está sufriendo la mayor reconversión de su historia, y que probablemente no existirá como tal dentro de 15 años. En ese contexto se imponen las operaciones corporativas en todas las direcciones, separación de negocios, fusiones, etc. El que no se mueva no saldrá en la foto. No es necesario indicar que la banca no está de moda, y podríamos hablar, entre los más jóvenes, de un movimiento que podríamos calificar de MENOS BANCOS. Las telecos: Cellnex, Masmovil, Telefónica No deja de ser una paradoja que sus negocios estén amenazados por la tecnología, pero así es. Los teléfonos fijos están muertos, en favor de los omnipresentes móviles, el consumo de linea ha pasado a ser consumo de datos, porque ya se puede llamar si usar la linea, y así sucesivamente. Todo ello ha generado oportunidades para quienes han sabido sacar provecho del cambio, como Masmovil en España, pero todo el sector está amenazado por las grandes tecnológicas, que le tienen echado el ojo. En los últimos tiempos los accionistas de las empresas de infraestructura, como Cellnex, han ganado más dinero que los de las telecos; con eso está dicho todo. También aquí se imponen las operaciones corporativas. La Union Europea ha de tomar una decisión urgente. Acerinox, ArcelorMittal, CIE Automotive Otro movimiento que debe preocuparnos a todos (económicamente hablando) y en especial a las empresas que dependen de la evolución del sector automoción es el movimiento MENOS COCHES. La industria automovilística está abocada a reducir su producción y a concentrarla en coches eléctricos que sean más sostenibles. Eso implica menos acero, menos metal, y en definitiva menos coches. La industria auxiliar del automóvil y la del acero van a sufrir una importante reducción de su cifra de negocio en los próximos años. La industria del acero también se verá afectada por el cambio en los hábitos de construcción, evolucionando hacia materiales de mejores características energéticas. Inditex La estrella de la bolsa española, su compañía más valiosa, tampoco está a salvo de la ola de cambios. A Inditex la afecta el movimiento MENOS ROPA, que aboga por un mayor aprovechamiento de la ropa, rompiendo con el ciclo comprar-tirar-comprar que ha sido la propuesta de valor principal de Inditex y otras marcas de moda-consumo. ¿Las consecuencias? Pues un parón en su crecimiento y una caída importante de su valor. ¿Nos llevará al final del modelo Zara? Mediaset Las antiguas cadenas de televisión están padeciendo lo que podríamos llamar el movimiento MENOS TELEVISION. Las nuevas generaciones ya NO consumen televisión, por lo que cadenas como Mediaset están condenadas a desaparecer cuando desaparezca la generación que aún se pone cada día al frente del televisor, y que cada día es más vieja y cada día tiene menor valor publicitario. Las cadenas está tratando de contrarrestarlo, pero la competencia de las telecos (que se han metido en los contenidos, como una salida a su propia crisis) y los nuevos entrantes, como Netflix, HBO, Disney, etc., están haciéndoselo muy difícil. Repsol Estamos en un mundo donde se impone el MENOS PETROLEO, y el MENOS PLÁSTICO, además del ya citado MENOS COCHES. Es imparable. Eso supone un gran problema para Repsol, al que ya está tratado de hacer frente metiéndose a compañía eléctrica con la compra de activos de Viesgo. Pero la tendencia es imparable: el petróleo no está de moda, ni puede que lo vuelva estar nunca más. Viscofan Otra tendencia imparable es el movimiento MENOS CARNE. El impacto sobre una empresa como Viscofan es obvio. Está claro que los envoltorios de Viscofan no solo pueden envolver carne, pero es que la comida procesada también está cuestionada. Se pretende favorecer la comida de proximidad y las legumbre y hortalizas. Malas noticias para Viscofan.
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Como puedes ver en este repaso rápido y seguramente impreciso y parcial, querido lector, casi no se salva nadie. Yo creo que estamos en un momento en que la creación de valor está en las empresas medianas y pequeñas no cotizadas. Probablemente más en las medianas porque tienen una mejor relación riesgo-rentabilidad. Por eso mi consejo es reducir la exposición a las bolsas y aumentarla, si se puede, al private equity y en menor proporción al capital riesgo.