Un ejemplo de cómo se perdió el sentido común
Ayer leía en el diario La Vanguardia unas declaraciones de un abogado a propósito de un cliente suyo que había perdido sus ahorros en el caso Madoff. Decía el abogado que su cliente había perdido 400.000 euros que eran "los ahorros de toda su vida" y que lo peor era que se trataba de una inversión apalancada.
Es decir, el caballero en cuestión, como otros muchos, no sólo había invertido todo su patrimonio en una sola posición, sino que esta era un hedge fund, opaco y especulativo, y además había pedido un crédito para poder invertir más. Una mezcla de estupidez y avaricia que me recuerda al timo del toco-mocho.
¿Qué edad tendría el caballero en cuestión? Seguro que ya era mayorcito para saber qué es lo que debía hacer.
La verdad es que obtuvo lo que se merecía. Si le hubiera salido bien, como le salió incomprensiblemente a otros, los demás, los prudentes, nos habría quedado cara de idiotas, como nos quedó en otras muchas ocasiones. Nosotros éramos los tontos, y ellos los listos.
¿Ahora quien es el tonto?
Lo curioso, e inadmisible, es que ahora se les oye pedir "justicia" y "soluciones".
Yo les digo: -Arreglaros solos, ¿no sois tan listos?