Una babel de marcas
Vivimos una proliferación inusitada de marcas. ¿Adónde nos lleva?
Dicha explosión de marcas es consecuencia de la extraordinaria y creciente segmentación de los mercados. Parece que la consigna sea crear segmentos hasta el infinito, y en cada segmento, una marca.
Todo el mundo busca su pequeña veta de oro, incluso en minas que parecen ya agotadas.
¿Será posible que el consumidor discrimine cada marca? ¿Cómo le llegarán los mensajes procedentes de tantas marcas?
Aunque los nuevos formatos de comercialización, más directos, vía Internet, o tiendas especializadas, lo facilitan, y los nuevos formatos de comunicación, más personalizados, basados en los móviles, en la TV interactiva o en Internet, también hacen posible llegar al consumidor individualizado, ¿cuál es el límite?
¿Quién será capaz de gestionar 100 marcas de patatas fritas o 200 de refrescos?
¿Cuántos mensajes y productos puede discriminar el cerebro humano antes de volverse loco?
¿Es que acabaremos añorando los viejos tiempos, en que coche era igual a SEAT?