Valores imprescindibles y valores diferenciales
Ayer estaba en un consejo de administración, al que me incorporaba por primera vez, de una start-up tecnológica. El presidente nos leyó una lista de valores que quería que ratificáramos los consejeros. La lista recogía cuatro conceptos: ética, compromiso, búsqueda de la excelencia e innovación.
Expuse mi posición de escepticismo sobre el modo en que se plantean los valores empresariales. De hecho le dije que creía que la lista no aportaba nada.
En mi opinión los valores los hay de dos tipos: generales y especiales. Me explico.
Valores generales son aquellos que se dan por supuestos en la sociedad actual. Los que expresados de forma general nadie los puede discutir. Los que todas las empresas hacen suyos. ¿Qué empresa no incluye la lista de valores que planteaba mi presidente?
Hay que plantear los valores de manera diferencial, de modo que distingan y hagan especial a la empresa. Y hay que priorizarlos.
Por ejemplo, tomando como ejemplo los valores de mi presidente:
Ética: Respeto escrupuloso a las normas aunque choquen con los intereses económicos de la empresa. En especial las relativas a la libertad de las personas o al respeto al medio ambiente. Poniendo dicho respeto por encima de los intereses de los clientes, los empleados o los accionistas.
Compromiso con las personas, ayudándolas a desarrollarse como empleados de la empresa, asumiendo que ellas son el mayor activo de la misma, por encima de los intereses inmediatos de los clientes o los accionistas.
Búsqueda de la excelencia más allá de los intereses económicos a corto plazo, como un reto que abarca a empleados y accionistas.
Innovación: Ser pioneros en las soluciones que planteemos al mercado, aún a costa de pagar un precio por ello.
En definitiva, como se ve, se trata de barajar un doble equilibrio; por un lado, el equilibrio de valores aportados a clientes, empleados y accionistas, y por otro lado, el equilibrio entre los resultados a corto y a medio plazo.
Recomiendo la lectura de mi libro Empresas que van solas, en el que se trata el primero de dichos equilibrios: como compaginar los intereses de clientes, empleados y accionistas.
No es un tema sencillo.