Valores y objetivos para hacer de España una potencia económica
Estoy leyendo un libro que quería leer hace tiempo. Se titula Built to last y está escrito por Jim Collins (el autor de Good to great) y Jerry Porras. El libro gira alrededor de los elementos que se repiten en las empresas que han sabido sobrevivir con éxito y de alguna manera reinventarse a lo largo de los años.
En la introducción a la edición de bolsillo que estoy leyendo, los autores hablan, con la perspectiva de los años transcurridos desde la primera edición (1994), de la aplicación de los elementos de éxito de las empresas que se citan en el libro a otro tipo de organizaciones, entre ellas las propias naciones, que compiten entre ellas en un mundo cada vez más globalizado.
Mencionan como, por ejemplo, Japón e Israel han intentado conscientemente cultivar sociedades cohesionadas alrededor de un propósito y una razón de ser, con claros valores clave, mecanismos de alineamiento, y lo que el libro llama Grandes y Audaces Objetivos.
El caso de Israel es claro. El país basa su éxito en que tiene una razón de ser que cada israelí conoce y comparte: proporcionar a los judíos un lugar seguro y propio en el mundo donde vivir. No es algo que defienda un líder carismático, sino que se enraíza en lo más profundo del tejido social israelí.
Los autores se quejan de que en los Estados Unidos (su país) tienen valores bien asumidos y articulados, pero les falta un propósito, una clara conciencia de su razón de ser, un objetivo a largo plazo. Dudan de que los norteamericanos puedan responder a la pregunta de por qué existe EEUU del mismo modo que lo hacen los israelíes.
Yo me atrevo a preguntarme lo mismo en relación a nuestro país. ¿Tenemos un propósito como país que conozcan y compartan todos los españoles? ¿Tenemos un motivo para existir? ¿Tenemos un objetivo claro por el que luchar?
Me parece que no lo tenemos, y nos hace mucha falta.
Un país no es más que una gran, grandísima empresa, que defiende una marca y que tiene unos recursos a partir de los cuales crear valor para otros países, para los mercados financieros y para sus ciudadanos.