Son un tipo de emprendedores con mucho carisma, a la vez que monomaníacos con su visión y capaces de hipnotizar a inversores, equipos y socios estratégicos persuadiéndolos para que se enfoquen en cómo su proyecto cambiará el mundo en lugar de evaluar todos los riesgos del mundo del proyecto.
Son muy útiles para captar recursos de todo tipo al inicio de la startup. Pero con el tiempo se sacan de encima cualquier disidencia contraria a sus ideas. Solo sobreviven los subalternos “sí señor para todo''. Si la junta directiva no los echa a tiempo suele ser tarde cuando todos se dan cuenta que su visión es una quimera (o una estafa).
A veces invertimos en startups a ciegas
Son un tipo de emprendedores con mucho carisma, a la vez que monomaníacos con su visión y capaces de hipnotizar a inversores, equipos y socios estratégicos persuadiéndolos para que se enfoquen en cómo su proyecto cambiará el mundo en lugar de evaluar todos los riesgos del mundo del proyecto.
Son muy útiles para captar recursos de todo tipo al inicio de la startup. Pero con el tiempo se sacan de encima cualquier disidencia contraria a sus ideas. Solo sobreviven los subalternos “sí señor para todo''. Si la junta directiva no los echa a tiempo suele ser tarde cuando todos se dan cuenta que su visión es una quimera (o una estafa).
Coincido al 100%. A este tipo de emprendedor hay que vigilarlo muy de cerca...