Todos estamos impactados por la llegada a la bolsa de Alibabá, que ha batido todos los récords. Todo son beneplácitos y halagos a la figura del fundador y a la potencia del negocio de la empresa y sus perspectivas color de rosa. Sólo hay un pero: como la mayoría de empresas chinas, no respeta ni de lejos las reglas básicas del gobierno corporativo, empezando por la falta de transparencia. Ya se han levantado algunas voces en los Estados Unidos que denuncian esta situación.
Alibabá, ¿y los 40 ladrones?
Alibabá, ¿y los 40 ladrones?
Alibabá, ¿y los 40 ladrones?
Todos estamos impactados por la llegada a la bolsa de Alibabá, que ha batido todos los récords. Todo son beneplácitos y halagos a la figura del fundador y a la potencia del negocio de la empresa y sus perspectivas color de rosa. Sólo hay un pero: como la mayoría de empresas chinas, no respeta ni de lejos las reglas básicas del gobierno corporativo, empezando por la falta de transparencia. Ya se han levantado algunas voces en los Estados Unidos que denuncian esta situación.
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