No seré yo quien diga que los libros sobre liderazgo no son recomendables o que no aportan nada. Son recomendables y aportan. Hay multitud de ejemplos y de lectores que han mejorado sus capacidades como líderes con su lectura.
Tampoco diré que los consultores de liderazgo y los coachs no sirvan para nada. Sirven para mucho y también está demostrado, con miles de clientes satisfechos.
Pero me preguntó: ¿es así para todo el mundo?
Estoy seguro de que hay personas que a pesar de leer todos los libros, asistir a todos los seminarios y tener la ayuda de un coach permanente, no consiguen ser buenos líderes. Sólo son lo que podríamos llamar patéticos yonquis del liderazgo. Personas que no tienen ni el mínimo sustrato personal para germinar la semilla del buen liderazgo.
En ese caso, ¿no es mejor que se dediquen a otra cosa?
Ser buen líder es algo muy difícil salvo que desarrolles capacidades que te confieran esta virtud y que se pueden aprender. El problema aquí es de quién puedes aprender que encarne las mejores cualidades para ello. Creo que hay muchos tipos de liderazgo que pueden servir con sus matices e imperfecciones. Recuerdo que el que fué Director General y Presidente de Pfizer España, Emilio Moraleda, tenía unos valores que le servían para liderar que me parecen muy acertados. Todos son importantes y si falla alguno flaquea el liderazgo. Estos son:
Tener Resultados (la parte dura del liderazgo)
Integridad
Innovación
Respeto por la gente
Cuidar el talento