Parece mentira que estos negocios, que son una estafa piramidal, se repitan continuamente en el mundo. Hacen mucho daño a la reputación empresarial. Las administraciones públicas deberían actuar antes.
… Y los chinos también empiezan a negarse a pagar las cuotas al visionar lo peor. Llama la atención lo poco habitual que es ver “rebeliones” de protesta en China.
Una empresa con un modelo de negocio perverso: compraba terrenos, construía allí propiedades y las revendía. Lo normal es que la venta de bienes inmuebles financie la compra de nuevos terrenos. Sin embargo, los proyectos de Evergrande se multiplicaron y dado que las ventas no eran suficientes para financiar el enorme crecimiento, se financiaban en forma de préstamos, bonos y grandes pagos iniciales de los clientes. Pero todo era muy inestable y riesgoso al suponer que los precios seguirían aumentando por el crecimiento sostenido de la demanda. Han estado financiando su crecimiento con deuda y los bancos han estado cobrando a Evergrande las tasas de interés más altas, lo que ha empeorado el alto endeudamiento.
Es como un esquema Ponzi: cuando las autoridades han regulado la situación y han restringido los préstamos han colapsado automáticamente. No pueden endeudarse más para construir más y no pueden tampoco pagar la deuda.
Los esquemas Ponzi no son nuevos. Siempre pensamos que “esta vez será diferente”, pero la codicia nos ciega.
Parece mentira que estos negocios, que son una estafa piramidal, se repitan continuamente en el mundo. Hacen mucho daño a la reputación empresarial. Las administraciones públicas deberían actuar antes.
… Y los chinos también empiezan a negarse a pagar las cuotas al visionar lo peor. Llama la atención lo poco habitual que es ver “rebeliones” de protesta en China.
Una empresa con un modelo de negocio perverso: compraba terrenos, construía allí propiedades y las revendía. Lo normal es que la venta de bienes inmuebles financie la compra de nuevos terrenos. Sin embargo, los proyectos de Evergrande se multiplicaron y dado que las ventas no eran suficientes para financiar el enorme crecimiento, se financiaban en forma de préstamos, bonos y grandes pagos iniciales de los clientes. Pero todo era muy inestable y riesgoso al suponer que los precios seguirían aumentando por el crecimiento sostenido de la demanda. Han estado financiando su crecimiento con deuda y los bancos han estado cobrando a Evergrande las tasas de interés más altas, lo que ha empeorado el alto endeudamiento.
Es como un esquema Ponzi: cuando las autoridades han regulado la situación y han restringido los préstamos han colapsado automáticamente. No pueden endeudarse más para construir más y no pueden tampoco pagar la deuda.
Los esquemas Ponzi no son nuevos. Siempre pensamos que “esta vez será diferente”, pero la codicia nos ciega.