Son muchas las veces que leo o escucho la expresión “crear valor”, pero, los que la usan ¿realmente saben de qué hablan?
Crear valor real en un activo, sea una empresa, un inmueble, un proyecto o incluso un objeto, es la consecuencia de generarle a su poseedor mayores expectativas de rentas futuras.
Pensad un poco en ello.
Si las expectativas de rentas futuras que tienen los accionistas de una empresa no varían respecto a las que tenían cuando compraron las acciones, no se ha creado valor real.
En ese sentido, una empresa (o cualquier otro activo) vale más o menos en la medida en que es un proyecto de generación de renta, y las perspectivas de rentas futuras crecen o decrecen.
Si no hay renta, no hay valor. Si no crecen las rentas esperadas, el valor no crece. Si decrecen las rentas esperadas, el valor decrece.
A veces se pierde esto de vista.
Valor y renta están entrelazados: a más renta esperada, más valor; a más valor, más renta esperada.
Estoy hablando de creación de valor real, porque hay un proceso de creación de valor financiero (no “real”) que se produce cuando los tipos de interés bajan, y aunque las rentas esperadas de un activo no crezcan, el valor del activo crece. O viceversa, si los tipos suben, el valor baja.
Cualquier inversor debe tener claros estos conceptos. Por desgracia, muchos no lo tienen claro, y así les va…
Me ha gustado siempre el concepto de crear, entregar y capturar valor.
Así, una empresa eficiente debería ser capaz de crear valor para el cliente, entregarle ese valor y capturar o monetizar parte de ese valor para que sea rentable y viable.
En un contexto bursátil, las empresas deben crear valor real y sostenible. Se entrega ese valor de forma eficiente y transparente: mercados líquidos, regulados y con informes transparentes. Y los participantes pueden capturar una porción justa de valor a través de rentas y de acuerdo con el riesgo asumido y el servicio prestado: los inversores son recompensados por su capital y riesgo, los intermediarios por sus servicios y las empresas por su desempeño. Si se falla en alguna fase (por ejemplo, si las empresas no generan valor real, o si los costes de intermediación son excesivos), la confianza en el sistema se erosiona y su eficacia en la asignación de capital y crecimiento económico disminuye.
Yo lo veo más sencillo
Si el producto/servicio se valora más que los costes para producirlo se ha añadido valor
Demasiado simple?!