La dirección por objetivos (DPO), una técnica de gestión añeja, pero no por eso menos efectiva, sigue sin utilizarse por mucha empresas, al menos en España, o por no hacerlo de modo adecuado. Parece mentira, pero os aseguro, queridos lectores, que es así. Incluso alguno de vosotros quizás la uséis en vuestra empresa, pero seguro que me aceptáis que no la usáis como debierais. ¿Por qué se usa mal? Varias razones: 1) Porque se hacen mal los presupuestos. Muchas empresas los abordan como un mero tramite: sube la inflación, y no los trabajan. Hace años que se hablo del presupuesto base cero, de volver a plantearse las cosas cada año, tanto a nivel de gastos como de ingresos. ¿Qué empresas lo hacen así? Muy pocas. Y sin embargo, es más fácil de lo que parece, y mucho más efectivo de lo que se piensa. Merece la pena el pequeño esfuerzo. 2) Porque no se usa el presupuesto para gestionar. Es una consecuencia de lo anterior. Como nadie se cree el presupuesto, o se compromete de verdad a conseguirlo, no se controlan de verdad las desviaciones, ni se toman medidas correctivas. Nadie se cree el presupuesto. Quizás es mejor no hacer presupuesto a hacerlo mal. 3) Porque si no se cumple el presupuesto no pasa nada. También es una consecuencia en cadena. Ni la propiedad pide responsabilidades al director general, ni este a los directores de cada negocio o departamento. De nuevo: ¿para que sirve el presupuesto?
Reivindiquemos la dirección por objetivos
Reivindiquemos la dirección por objetivos
Reivindiquemos la dirección por objetivos
La dirección por objetivos (DPO), una técnica de gestión añeja, pero no por eso menos efectiva, sigue sin utilizarse por mucha empresas, al menos en España, o por no hacerlo de modo adecuado. Parece mentira, pero os aseguro, queridos lectores, que es así. Incluso alguno de vosotros quizás la uséis en vuestra empresa, pero seguro que me aceptáis que no la usáis como debierais. ¿Por qué se usa mal? Varias razones: 1) Porque se hacen mal los presupuestos. Muchas empresas los abordan como un mero tramite: sube la inflación, y no los trabajan. Hace años que se hablo del presupuesto base cero, de volver a plantearse las cosas cada año, tanto a nivel de gastos como de ingresos. ¿Qué empresas lo hacen así? Muy pocas. Y sin embargo, es más fácil de lo que parece, y mucho más efectivo de lo que se piensa. Merece la pena el pequeño esfuerzo. 2) Porque no se usa el presupuesto para gestionar. Es una consecuencia de lo anterior. Como nadie se cree el presupuesto, o se compromete de verdad a conseguirlo, no se controlan de verdad las desviaciones, ni se toman medidas correctivas. Nadie se cree el presupuesto. Quizás es mejor no hacer presupuesto a hacerlo mal. 3) Porque si no se cumple el presupuesto no pasa nada. También es una consecuencia en cadena. Ni la propiedad pide responsabilidades al director general, ni este a los directores de cada negocio o departamento. De nuevo: ¿para que sirve el presupuesto?
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