La frase del título me la repito a mi mismo y nos la hemos de repetir todos cuando tratamos de juzgar la evolución de los mercados de valores. Las cotizaciones no se rigen por el pasado ni tan siquiera por el presente, se rigen por algo tan etéreo como son las expectativas.
¡Son las expectativas, estúpido!
¡Son las expectativas, estúpido!
¡Son las expectativas, estúpido!
La frase del título me la repito a mi mismo y nos la hemos de repetir todos cuando tratamos de juzgar la evolución de los mercados de valores. Las cotizaciones no se rigen por el pasado ni tan siquiera por el presente, se rigen por algo tan etéreo como son las expectativas.
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