Nos guste a los españoles o no, estamos condenados a alinearnos al máximo con los países fuertes del euro, tomando para ello las medidas estructurales necesarias que hagan posible reequilibrar nuestras cuentas públicas y mejorar la competitividad de nuestras empresas. Sólo de ese modo recibiremos los apoyos que necesitamos del BCE (y que hoy ha prometido) para que nuestra deuda pública pase a pagar tipos de interés razonables.
Un proceso imparable
Un proceso imparable
Un proceso imparable
Nos guste a los españoles o no, estamos condenados a alinearnos al máximo con los países fuertes del euro, tomando para ello las medidas estructurales necesarias que hagan posible reequilibrar nuestras cuentas públicas y mejorar la competitividad de nuestras empresas. Sólo de ese modo recibiremos los apoyos que necesitamos del BCE (y que hoy ha prometido) para que nuestra deuda pública pase a pagar tipos de interés razonables.