Recientemente he hecho una valoración de una empresa, a petición de sus socios, a la vez que les daba una opinión general de la misma en cuanto a organización y retos estratégicos. La valoración de cualquier empresa se debe hacer, en mi opinión, en base a sus expectativas de beneficio. Una empresa vale en función de lo que sus propietarios pueden esperar que les produzca a partir de ese momento, no en función de lo que les ha producido hasta ahora, ni en función de lo que tiene, salvo que se piense que valga más liquidarla que continuar el negocio, y entonces sí que hay que valorarla en base a lo que esperemos obtener en la liquidación.
Valor para qué, valor para quién
Valor para qué, valor para quién
Valor para qué, valor para quién
Recientemente he hecho una valoración de una empresa, a petición de sus socios, a la vez que les daba una opinión general de la misma en cuanto a organización y retos estratégicos. La valoración de cualquier empresa se debe hacer, en mi opinión, en base a sus expectativas de beneficio. Una empresa vale en función de lo que sus propietarios pueden esperar que les produzca a partir de ese momento, no en función de lo que les ha producido hasta ahora, ni en función de lo que tiene, salvo que se piense que valga más liquidarla que continuar el negocio, y entonces sí que hay que valorarla en base a lo que esperemos obtener en la liquidación.