Muchos pequeños o medianos empresarios tienen una idea equivocada de lo que vale su empresa. Creen que su valor se basa en el patrimonio que la empresa atesora, y no es así. Los activos de una empresa, cuando son los necesarios para que funcione, no suponen un valor en sí mismo. Sólo el beneficio que obtiene la empresa supone un valor. Los activos son algo necesario para que la empresa funcione y obtenga beneficios. Me estoy refiriendo a naves, oficinas, maquinaria, utensilios, e incluso mercas. Y por descontado también a inventarios de mercancías o cuentas pendientes de cobro de clientes. Todo ello vale en función del beneficio que produce.
Empresas sobrevaloradas
Empresas sobrevaloradas
Empresas sobrevaloradas
Muchos pequeños o medianos empresarios tienen una idea equivocada de lo que vale su empresa. Creen que su valor se basa en el patrimonio que la empresa atesora, y no es así. Los activos de una empresa, cuando son los necesarios para que funcione, no suponen un valor en sí mismo. Sólo el beneficio que obtiene la empresa supone un valor. Los activos son algo necesario para que la empresa funcione y obtenga beneficios. Me estoy refiriendo a naves, oficinas, maquinaria, utensilios, e incluso mercas. Y por descontado también a inventarios de mercancías o cuentas pendientes de cobro de clientes. Todo ello vale en función del beneficio que produce.